lunes, marzo 29, 2010

Utopía Pueblerina

Hallá, en lo lejano de mis vastos umbrales, dista un sueño, tal vez el mas utópico de mis frenesís, pero es algo casi ya inherente a mi ventura.

Me sueño tal vez algo más añoso, tal vez algo más sensato, tal vez algo más pausado, en lugares donde el silencio forma parte del himno pueblerino, y la bonanza, tradicional del ímpetu cotidiano.

Me sueño entre acordes más confiados, de sabor a madera vieja, de color vituperante a la urbana vida, de aroma victorioso de las cosas sencillas.

Me sueño, en esas albas, en las que pareciese el Sol tomase su tiempo para lucir su fatuo semblante, en las que Sr. Gallo alerta a todas sus tropas, y el céfiro matutino acompaña mi solazante perspectiva.

Me sueño desayunando, el pavo preparado a la antigua en la casa del parque, y oyendo el crujido del pan, fruto de la preparación que justifica aquel vetusto negocio familiar.

Me sueño informándome con el Diario, riendo con Fray Luis y descansando con César en la banca.

Me sueño parado en la plaza, alimentado unas palomas y verlas volar cuando se acerca Pongo, mi fiel can.

Me sueño riendo con Papá, conversando de cómo nos fue hoy con las tierras; ensalzando a Mamá, pues solo por complacerme preparó el más dichoso de los platos: Arroz, asado y puré de patatas. Y saboreando con mi hermana, los sinnúmero de antojos, lo recuerdos, lo elogios con tal de lograr convencer a los papás.

Me sueño llegar un día, y que me sorprendan con la noticia: "¡Los juglares llegan pronto al pueblo!", o corriendo por lo boletos, para la gran noche de Teatro.

Me sueño con Luis, mi amigo, mofándonos de los defectos, las taras, los proyectos; los recuerdos, los aumentos, tal vez ya casi rompiendo, a fin de risas, la veracidad.

Me sueño, contigo a mi derecha, entonando los más profundos de nuestros temas, nuestros dibujos, nuestros poemas, nuestras noches a luz de luna llena, sin los golpes de las sirenas, que nos indican: "vamos, dame un beso, nos tenemos que ir ya."

Me sueño en la pileta, bebiendo tal vez algo de agua fresca, o echado a la sombra del Gran Árbol, con la más placentera de las muecas.


Me sueño siempre soñando, y con el ánimo de jamás verme despertar, de, por favor, no tener que oscilar, entre la bonanza de este agro sueño, y mi mustia y azorada, ciudadana realidad.

                                                                                                                                    Atte. Bocanegra


Hermanos.

domingo, marzo 14, 2010

Entre Gusanos y Amapolas I

Queridos hermanos, lectores, señores.
Hoy escribo con el lado más mustio de mi ser,
Podría citarles el 20 de Neruda
O hasta llorarles el 15 sin cese.
Hoy hermanos, créanme,
Me atrevo a sentirme casi tan arrepentido como Vallejo
Después de la reconsideración de sus Dados Eternos.
Hoy, me veo al espejo y no me creo
Pues me siento más semánticamente abstracto que algún trabajo de Warhol.
Me siento más inubicable que un error
en los despliegues de Morrison y Manzarek
Y mas culpable que Eva después de su pecado
de Escándalo hacia Adán.
Hoy, hermanos, créanme:
Escribo con tanta fuerza como Cobain en su epístola a boddah,
y oscilo tanto cuan su mano en su último cigarro.

Preferiría haber optado por cualquier otro de los 7 capitales,
o tal vez haber emancipados los póstumos deseos de mi voluntad.
Pero no.
Hoy me pesa el alma como sospecho le peso a Orfeo,
al instante después de haber volteado.
Hoy me quema el odio hacia mí, como le debió haber quemado
a Guevara ese ultimo sabor a plomo en su pierna izquierda.

Hoy mis queridos hermanos,
Acepto firmemente mi error, como Einstein fue capaz de aceptar
la imposibilidad de negación de la existencia de Dios.
Hoy mis minóricos lectores,
Lloro mis disculpas, a pocos pasos antes de como las tuvo que llorar Pedro.

Y (por supuesto)
Hoy mi querida Amapola,
el diferente ademán que hallaste en mi semblante,
vino acompañando de una plétora de silenciosas pesadumbres.
No te pido me perdones, porque soy total acreedor de las culpas indisculpables.
Te pido lo consideres, porque no creo pueda haber un Gusano más arrepentido
que el que Hoy casi saborea metales.

Hoy mi querida Amapola,
rompo mi política en contra de los seguidores de Neruda,
y me me reafirmo militante de los perdones de Vallejo.

Hoy mi Querida Amapola,
A voz cortada te susurro:
"Lo siento. Te quiero mucho, mucho"

Atte. Bocanegra

jueves, marzo 11, 2010

Pimentel

Quierome ver en el alba de Pimentel,
cuan día mi modorra arrutiné
a fin de ver cómo nace por Este, Aquel.

Quierome ver en el céfiro de Pimentel,
y volar en tu halito.
No lloré con tu bruma,
pues hito de tu frescura, es, Pimentel.

Quierome ver en tu albero, Pimentel,
ergo solo cuando veamos
como se ahoga por Oeste, Aquel.

Quierome ver en tu crepúsculo, Pimentel,
cantar frente a tu piélago,
perderme en tu celaje,
navegar en tus pretéritos.

Quierome ver en ti Pimentel,
correr por tu añoso muelle,
pasear por tu lozana plaza,
calmarme en tu pueblerina concordia.

Quierome ver en tu bonanza, Pimentel.

                          Atte. Bocanegra

Muelle de Pimentel.

Cena Familiar.


Un día Mamá dijome: "No hables con pronombres enclíticos, que pensara la gente, ¡Se ve mal!"

y yo respondí: "Si encuentrome en necesitad de parar, por miedo a me etiqueten, y sufrir la ráfaga del "que diran" , optaria por volverme occiso. Búscole la salida y dejome escapar"

En un momento Papá atribulló: "Te has vuelto guachafo, extravagante, debes vestirte con el porte de un hombre adulto" y yo reaccioné: Me vestí de mis menos albos trajes y acompañelos con unos zapatos diferentes, opte por mi gafas de Lennon y un paraguas, para no ver al sol.

Al instante siguiente La Vida intervino: "Tienes siempre una respuesta, contreras, basta ya, y se normal" Yo miré y reí, a los 14 segundos respondí: Aunque callado me quede, el silencio dice más por mí que 100 de mis intentos por hacerte entender, "contreras" así solia llamarme. Me plantié ser normal pero.. por cada dos pasos que doy, el tercero, me vuelve cuatro hacia atrás, y Tú, querida, eres solo un camino.

Permiso.


Atte. Bocanegra

Empecemos con uno antiguo:


En este mundo, en el que he de vivir, todos se quieren, todos se adoran, todo se aman; sin embargo yo, yo no entiendo, trato encerio, trato de entender, pero no lo consigo. Y luego, en mis lúcidos momentos, lo veo, pero noto algo: Tengo solo la décima parte de amor brindable que otros, por ello debo odiar a todos, y asi distribuirlo bien.

Me cuesta mucho, enserio, nadie adora llamarse misántropo o asceta, pero yo, yo aveces debo hacerlo.

Me doy golpes enormes con mis limitaciones, y por poco raudo que soy, logro escapar. Lo se, mediocre soy, pero es que solo me aflige esta lucha insesante de lograr entenderlo. Vensome fácil, pero búscole la revancha de inmediato.

Suelo andar maldiciendo a todos y a todo, pero solo, tan solo, trato de que lo entiendan.

Pero creanme, no pido mucho, pues se, y creanme lo se, no mucho haran, no muchos habran.

Hoy les hablo casi en susurro y casi en secreto, y creanme, pero creanme, pronto no habremos más.

Atte. Bocanegra