domingo, agosto 08, 2010

Bitacora día 2, una historia que se quizo contar.

Saludos mis estimados No Lectores, hoy me siento en la suerte, o tal vez desdicha, de tener algo digno de ser contado, pongámoslo en terceras personas y nombres alterados a fin de evitarnos confesiones:


Había una vez un joven llamado Cesar Ernesto, fue a pasar sus vacaciones a su pueblo natal, en ámbitos de aburrimiento y de fortuna, le hablo una chica a la que llamaremos Jana, era una antigua amiga suya que conoció en un evento de su escuela, pero que se habían distanciado, y lo invito a su aniversario. Poco hablaron en esa noche, pero fue oportuna ocasión para restablecer la amistad, el joven e ingenuo cesar Ernesto, siguió hablándole e incluso se frecuentaron mas, lograron mayor confianza e incluso se llegaron a ver casi diariamente.

Jana era una de esas chicas, que tienen el, creo yo, defecto de hacer pensar que pues les interesas más de lo que le interesa cualquiera. Pero tanto hablaban y hablaban, veíanse y veíanse que Cesar Ernesto pareció haberlo olvidado. Hasta que pues el tiempo pasó tan deprisa que casi uno no lo notaba y a la vez el cándido cesar Ernesto sintió vivir más que nunca en esa reducida temporada. A pronta vista, llego, como ha de ser, la hora de despedida, y muy oportunamente, habría una especie de despedida grupal en el pueblo y todos irían a bailar. ¡Es el momento! Pensó el insólito joven, y al parecer ella había pensado igual, pudieron es cierto compartir una pieza, pero fue demasiado veloz, tan veloz que hasta uno dudaría si ocurrió de verdad, pero quedaron para volver a compartir unas canciones. EL joven, se esperanzo y la espero y busco, pero se topo con que Jana giraba a razón de otro chico, lo paso por alto, pero fue después otro y después otro con el que bailo al parecer milenios, el joven clavo su mirada en la pareja como si su vida dependiese de ello, pero era en vano, Cesar Ernesto y Jana no cruzaron miradas, y en un descuido Jana desapareció, y Cesar Ernesto no volvió a verla, ahora Cesar Ernesto alista sus maletas pues ha de volver al lugar donde el destino le ha llevado a vivir, pero con un enojo enorme tal vez porque Jana es de las que hace que uno piense mil cosas y al final no esté certero de ninguna, tal vez porque sabe que no podrá fruncir el seño cuando Jana le hable, tal vez porque la historia termine junto a estas palabras, cándido cesar Ernesto sufrió las mil y una confusiones de Jana, intrépida Jana que parece solucionar todo con una sonrisa. He aquí un típico caso de un algo que paso y solo lleva a pensar en que si en realidad pasó o solo uno lo interpretó así, y en no poder esperar por ver que pasará.

Atte. Bocanegra.

lasonrisadejana.

2 comentarios: