Queridos hermanos, lectores, señores.
Hoy escribo con el lado más mustio de mi ser,
Podría citarles el 20 de Neruda
O hasta llorarles el 15 sin cese.
Hoy hermanos, créanme,
Me atrevo a sentirme casi tan arrepentido como Vallejo
Después de la reconsideración de sus Dados Eternos.
Hoy, me veo al espejo y no me creo
Pues me siento más semánticamente abstracto que algún trabajo de Warhol.
Me siento más inubicable que un error
en los despliegues de Morrison y Manzarek
Y mas culpable que Eva después de su pecado
de Escándalo hacia Adán.
Hoy, hermanos, créanme:
Escribo con tanta fuerza como Cobain en su epístola a boddah,
y oscilo tanto cuan su mano en su último cigarro.
Preferiría haber optado por cualquier otro de los 7 capitales,
o tal vez haber emancipados los póstumos deseos de mi voluntad.
Pero no.
Hoy me pesa el alma como sospecho le peso a Orfeo,
al instante después de haber volteado.
Hoy me quema el odio hacia mí, como le debió haber quemado
a Guevara ese ultimo sabor a plomo en su pierna izquierda.
Hoy mis queridos hermanos,
Acepto firmemente mi error, como Einstein fue capaz de aceptar
la imposibilidad de negación de la existencia de Dios.
Hoy mis minóricos lectores,
Lloro mis disculpas, a pocos pasos antes de como las tuvo que llorar Pedro.
Y (por supuesto)
Hoy mi querida Amapola,
el diferente ademán que hallaste en mi semblante,
vino acompañando de una plétora de silenciosas pesadumbres.
No te pido me perdones, porque soy total acreedor de las culpas indisculpables.
Te pido lo consideres, porque no creo pueda haber un Gusano más arrepentido
que el que Hoy casi saborea metales.
Hoy mi querida Amapola,
rompo mi política en contra de los seguidores de Neruda,
y me me reafirmo militante de los perdones de Vallejo.
Hoy mi Querida Amapola,
A voz cortada te susurro:
"Lo siento. Te quiero mucho, mucho"
Atte. Bocanegra
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